Transformar un mueble es algo espectacular, porque es adaptarlo a nuestras necesidades y a nuestros gustos. Hay distintas formas de hacerlo y acá les explico cuáles son las que yo tengo en cuenta cuando encuentro un mueble.
Cambiar la forma:
A veces podemos cambiar la forma de un mueble para adaptarlo a alguna necesidad. Como ejemplo les cuento que hace poco le saqué las puertas a un ropero antiguo que compramos para una casa anterior que no tenía placards, y que últimamente usábamos para guardar platos. A partir del cambio lo empezamos a usar como biblioteca para algunos libros lindos y álbumes de fotos, y armamos un barcito en uno de los estantes. Le pusimos el equipo de música y nuestras cajas de CDs y ahora es un mueble súper útil, mientras que hace un mes corría el riesgo de ser mandado al garaje por no “encajar” en ninguno de mis ambientes.
Otro ejemplo es una cajonera que junté con otro mueble para armar un vajillero que se volvió un elemento fundamental en nuestro comedor de diario.
Cambiar la pintura:
Con esto me refiero a cualquier cambio en la pintura del mueble, incluyendo el de sacarle la pintura (que, dicho sea de paso, es uno de mis preferidos). Hay incontables alternativas, tantas como colores y tipos de pinturas. Mis preferidas son los aerosoles Painter´s Touch, los acrílicos, las lacas al agua y el barniz satinado.
El cambio de pintura es, posiblemente, el cambio más impactante en un mueble. La capacidad de ser pintado y vuelto a pintar le da una versatilidad increíble y le abre camino en distintos ambiente.
Cuando mi hija mayor tenía dos años, una amiga de mi mamá me prestó la mesita que había sido de sus hijos. Mientras me la confiaba, me contó todos los colores con los que había sido pintada y los ambientes de su casa por los que había pasado. Me pareció genial que algo tan chiquito y simple tuviera tanto Curriculum Vitae. Yo la lijé y la usé color madera, combinada con sillitas blancas. Cuando nos fuimos de Argentina se la devolví para que siguiera haciendo historia en su familia y puedo asegurarles que ya tiene un nuevo color y una nueva función.
Decorado:
Hay muchas técnicas de decorado de muebles, pero muy pocas que yo haya probado. Sólo voy a hablar de esas pocas, porque deben ser las más sencillitas. La más popular entre mis muebles es el “envejecimiento”, que logro lijando el mueble desprolijamente y aplicando betún de Judea a la cera (muchas veces mezclo el betún con cera líquida para aligerarlo). El efecto es muy bueno: la pintura se oscurece y la cera le da un brillo muy natural, muy cálido. Es ideal para aplicar sobre esmaltes satinados, acrílicos y látex.
Otra técnica de decorado de muebles muy popular es el “decoupage”, que involucra pegar papeles al mueble y barnizarlo después. Lleva algo de tiempo y algo de destreza, pero nada que una persona común y corriente no pueda adquirir (a la destreza me refiero, el tiempo escasea, ya lo sé). El decoupage más purista se hace con servilletas de papel, pero varios lo hemos adulterado con papeles más gruesos y hasta cartulinas, y no nos ha pasado nada malo. A mi juicio, queda muy lindo aplicado a partes de un mueble, como cajones o tapas. Pueden ver algunos de mis decoupages en entradas anteriores: De canasto a mesa de luz, No Good, De la Calle al Living.
También mi cuñada Cari decoupageó (ya que estamos, fabriquemos un verbo) una mesita que le quedó espléndida, y que pueden admirar en el blog de mi hermanita Vicky, Cantando Victoria.De “stencil” todavía no puedo hablar, pero esperen un tiempito y les voy a mostrar algo que pienso hacer con esta técnica (Si esperan un tiempito y no pasa nada, ni pregunten! Quiere decir que no da para ser visto).
Herrajes nuevos:
Uno de mis preferidos. Me encantan los herrajes y me podría pasar horas dándole vueltas a la calesita de herrajes de Anthropologie, imaginando en qué muebles quedarían lindos o pensando cómo combinarlos. Los herrajes son muy buen maquillaje. Pueden darle el toque copado a un mueble o, pueden disimular la mala calidad de un mueble o su falta de estilo. Pueden ayudarnos a personalizar muebles que no son nuestros (y que por eso no podemos pintar). Pero ¡ojo! Los herrajes son caros. Sí, tal vez es lo más caro dentro de lo que podemos hacer para transformar un mueble, así que hay que tomarse un tiempito para elegirlos bien.
ENTONCES, si en su casa tienen algún mueble que no les gusta o no les pega con nada, ¡ánimo!. Con alguna de estas transformaciones, les va a quedar bárbaro. Suerte en el intento y si necesitan ideas, me avisan.
¡Hasta la próxima!
Sole
PD: Si les divierte, en la web de Anthropologie hay una aplicación para jugar con distintos tipos de muebles y cambiarles el color y los herrajes. Si quieren chusmear hagan click acá y vayan a DIY Hardware, en la columna TOOLS del cuadrito.